Botón, un preflop de Ases en mano, sin duda una situación deseada. Suben las ciegas antes de llegar a ti, te frotas las manos y echas un re-raise el cual todo el mundo colea. Flop perfecto, cartas bajas junto con altas: K - J - 5, perfecto para abrir la trampa para osos. Ves como todo el mundo apuesta y empieza a caerse, metafóricamente, la lágrima por el ojo. Turn, un 8 que no cambia nada. Vuelvese a repetir la acción y todo el mundo apuesta. Tu, lejos de aparentar tener Ases en mano, te marcas un slowplay, haces ver que no tienes nada y coleas de una manera que tus adversarios te huelen como si estuvieras regalandoles el dinero. River, un deseado 2 que aún menos cambia la situación. Eres el ganador, tu mano es la ganadora y te los vas a comer a todos. Después de las apuestas se enseñan las cartas y ves que el C*****O que hay a tu lado tiene pareja de doses en mano: trío de doses. Todos tus sueños, rotos.
¿Suerte? ¿Mala suerte?
Personalmente, discrepo tanto de una como de la otra, ni mala suerte ni buena suerte, ni nada. No existe la suerte, yo prefiero llamarlo
sucesión de hechos fisicos. Piensen, por un momento, si se hubiera barajado solo, y unicamente solo, cambiando la carta de arriba por la de abajo la partida tanto como el preflop hubiera cambiado drásticamente, lo cual da mucho que pensar, o más bien nos deja una verdad como un puño: una carta puede cambiar el sentido de una partida por completo.
A mi parecer no hay suerte, sino, y aunque quede malsonante, sucesiones de hechos físicos que unas veces favorecen a un individuo y en otras benefician a otro. De todas maneras, al ser humano no le gusta, en su gran mayoria, ser tan frío, por lo que deciden - o más bien se empeñan - en llamarlo suerte.
Para más inri, los llamados objetos de la suerte, aquellos que pueden pasar por una piedra, calzoncillo o un triste bolígrafo. Todo pensado, si se observa y se reflexiona, ¿Qué puede tener un objeto inanimado para que se le pueda atribuir que - siendo frío cual hielo - éste desencadene una sucesión de hechos físicos que beneficien al individuo que lo porte? No obstante, seguirán recurriendo a ella, a la suerte, como algo existente, como algo real. Todos ellos, engañados.
Por último y por ende, asi como nos hemos visto obligados a aceptar la vida y la muerte, deberiamos reflexionar y a aceptar que esta serie de sucesos unas veces nos benefician, asi como otras no lo hacen, como algo normal en la vida, exento de fuerzas superiores que lo manipulen, o dejando este porvenir a manos de un ser o energía fuera del alcance humano.
Sergio
"No juego con la suerte, dejo que la suerte juege conmigo"
